Nadie te quiere, porque tienes la mirada triste.
Nadie te quiere cuando fumas sola en un banco
y no miras a nadie a los ojos al pasar.
Nadie te quiere cuando suspiras, cuando te quejas
de lo perra que es la vida mientras te postras
en un banco a verla pasar.
Nadie confía en ti,
porque no tienes palabra después de la segunda caña.
Porque no te importa si el día está lluvioso o soleado
y el azul del cielo y el olor de las flores te molesta
porque odias la primavera.
Nadie te quiere porque no te quieres tú misma.
Nadie te quiere cuando fumas sola en un banco
y no miras a nadie a los ojos al pasar.
Nadie te quiere cuando suspiras, cuando te quejas
de lo perra que es la vida mientras te postras
en un banco a verla pasar.
Nadie confía en ti,
porque no tienes palabra después de la segunda caña.
Porque no te importa si el día está lluvioso o soleado
y el azul del cielo y el olor de las flores te molesta
porque odias la primavera.
Nadie te quiere porque no te quieres tú misma.